..La competencia de la infraestructura viaria de los transportes modernos-vías de ferrocarril, carreteras y autopistas- y la agresión permanente de particulares y organismos privatizando espacios públicos, ha multiplicado los rompimientos de la trama cañariega. Contra ésta vienen actuando la mayoría de los agentes sociales del mundo rural, desde el pequeño labrador que ha cultivado algunas fanegas del interior de la cañada al terrateniente que las ha agregado a su finca sin respetar las servidumbres de paso, desde los municipios que han instalado en ellas basureros, a las compañías eléctricas y telefónicas que han tendido sus redes en el camino pastoril. La argumentación para estas ocupaciones, si es que llega a formularse, es siempre la supuesta indeterminación legal y ausencia de utilización de las cañadas.
El proceso de alteración viaria culminó con la promulgación de la nefasta Ley 22/1974 de 22 de junio de Vías Pecuarias (B.O.E. Nº 155 DE JUNIO DE 1974), que permitía desamortizar cañadas a los particulares colindantes y a los organismos de la Administración que lo solicitasen, so pretexto de beneficio público y de asignarle fines utilitarios distintos a los pecuarios.
El patrimonio cultural de las Cañadas Reales. Pedro García Martín. Junta de C. y L. Valladolid, 1990.
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y con relación a las cañadas ver: Caminos libres
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