Según cuenta la tradición fue construída al ser hallada en este lugar la Virgen (del Monte) por el rey Alfonso VII al ir a cazar al paraje de Valdosos. Este rey fundo el Monasterio de Santa María de la Vid (1152) y Domingo de Campdespina fue su primer Abad.
La ermita se encuentra a tres kilómetros del Monasterio de la Vid, en el llamado Valle de la Virgen, y a otros tantos del pueblo soriano de Castillejo de Robledo. El primero es un hermoso paseo (se puede ir en coche hasta la entrada del valle siguiendo un camino junto a la tapia del monasterio) arroyo y valle arriba, por el bosque, siguiendo las indicaciones del sendero marcado como Ruta del Cid. Según algunos autores, basándose en el poema y en diversos datos, cerca de este lugar se pudo situar el escenario de La afrenta de Corpes. El otro camino también se encuentra señalizado: una pista sale (a la derecha junto a unas naves ganaderas) de la carretera de Castillejo de Robledo a Langa de Duero. Se puede ir en coche y aparcar junto a la roca que sirve de cubierta a la ermita.
El entorno, la situación de la ermita y la propia ermita junto con los restos de otras dependencias (vivienda del ermitaño) merecen una visita. Las paredes del edificio -una construcción posterior a su fundación, ss. XVI O XVII (?) han sido cuidadosamente consolidadas y se han mejorado los accesos sin estropear el entorno. Afortunadamente no se ha alterado el lugar, no se han construido bancos, merenderos y toda esas mejoras que acaban siempre con el encanto de un lugar. Qué la Virgen lo proteja.
Este texto contiene una curiosa descripción de la ermita.
De 1618 a 1621 fue Fray Felipe Bernal Abad del Monasterio de Santa María de la Vid. Sobre este monasterio y la devoción que en él se profesaba a la Santísima Virgen, dice en su libro con gran entusiasmo el P. Bernal: “ En la qual casa ha florecido la devoción a la Reyna del Cielo, pues dexando la deuvotísima imagen, milagrosamente hallada por el Emperador don Alonso, que da nombre al Monasterio, y es de las más bellas imágenes del Mundo. Dentro de los términos del Monasterio, en un espeso Monte, está una hermita, no fabricada por manos de hombres, sino que la misma peña abre un seno capaz de una mediana Iglesia: y aquí está una devotíssima imagen de la Concepción de la Reyna del Cielo: ay escrituras y memorias de Quinientos años a esta parte, quánto más antigua sea Dios lo sabe, está cerca de Peñaranda del Duque, cosa de legua y media, no lexos de la orilla del Duero: préciase los Duques de Peñaranda de muy Patrones y favorecedores deste conbento y hermita. Tuvo particular devoción con esta imagen el Excelentísimo señor don Juan de Zuñiga, Presidente mertíssimo que fue de Castilla, Virrey prudentísimo de Nápoles, y dornóla con una rica corona y otras joyas y ornamentos. Es la devoción de toda la tierra, que siempre la ha venerado y honrado debaxo deste mismo título”
Un logronés, ardiente defensor de la Inmaculada, Fray Felipe Bernal de Mena, religioso premostratense. José Zamora Mendoza. Berceo, 1956.
De 1618 a 1621 fue Fray Felipe Bernal Abad del Monasterio de Santa María de la Vid. Sobre este monasterio y la devoción que en él se profesaba a la Santísima Virgen, dice en su libro con gran entusiasmo el P. Bernal: “ En la qual casa ha florecido la devoción a la Reyna del Cielo, pues dexando la deuvotísima imagen, milagrosamente hallada por el Emperador don Alonso, que da nombre al Monasterio, y es de las más bellas imágenes del Mundo. Dentro de los términos del Monasterio, en un espeso Monte, está una hermita, no fabricada por manos de hombres, sino que la misma peña abre un seno capaz de una mediana Iglesia: y aquí está una devotíssima imagen de la Concepción de la Reyna del Cielo: ay escrituras y memorias de Quinientos años a esta parte, quánto más antigua sea Dios lo sabe, está cerca de Peñaranda del Duque, cosa de legua y media, no lexos de la orilla del Duero: préciase los Duques de Peñaranda de muy Patrones y favorecedores deste conbento y hermita. Tuvo particular devoción con esta imagen el Excelentísimo señor don Juan de Zuñiga, Presidente mertíssimo que fue de Castilla, Virrey prudentísimo de Nápoles, y dornóla con una rica corona y otras joyas y ornamentos. Es la devoción de toda la tierra, que siempre la ha venerado y honrado debaxo deste mismo título”
Un logronés, ardiente defensor de la Inmaculada, Fray Felipe Bernal de Mena, religioso premostratense. José Zamora Mendoza. Berceo, 1956.
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