Estas fotos fueron tomadas ayer al atardecer, entre dos tormentas. La cámara tiene sus limitaciones: las luces eran aún más impresionantes, es necesario imaginarse un extenso panorama alrededor y los sonidos de la tormenta alejándose mientras otra se aproxima. Anochece y las aves buscan refugio en un enebro gigante y solitario; como una catedral en la llanura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario