limbo páramo, sobre papel
Como tantas veces lo menor es borrado del mapa por el bien común. Cuestiones totalmente banales se convierten en prioritarias, y atraen la atención, para ser devoradas después por otras novedades aún más insustanciales. Y mientras…algo muy valioso desaparece. No, no se trata de ir a contratiempo, se trata de conservar y poner en valor un patrimonio para disfrute de todos, probablemente para cultivar una forma de mirar… o caminar…. o de vivir. No es conservar algo muerto, como una tradición perdida para carnaza de las cámaras de los turistas, ni arquitecturas acartonadamente falsas, esto es algo vivo.
Lugares para habitar son estos paisajes del agua.
A continuación tenemos el resumen de un documento de gran interés que desgraciadamente podría situarse en otras zonas de nuestra (abandonada-despoblada) comunidad o en otras comarcas del estado español con diferentes nombres y problemática similar.
Los paisajes borrados del agua: hidrografía menor del Valle del Duero y concentración parcelaria.
Pascual Riesco Chueca
Universidad de Sevilla
La evolución reciente de los paisajes ligados a la pequeña hidrografía está sometida al arbitrio de
reformistas agronómicos que impulsan actuaciones como la concentración parcelaria, la llamada limpieza
de riberas, la canalización y derivación de arroyos. La magnitud de tales intervenciones aboca a un borrado de las formas del relieve, de los signos de paisaje sobre los que se ancla la toponimia y la memoria local. En su lugar emerge una tabla rasa destinada al lucro, de la que se han evaporado las trazas culturales del territorio. En esta nota se trata de la pérdida de los paisajes acuáticos del secano, la pequeña hidrografía de vallejos, cadozos, regatos y prados, bajo la acción de la nueva agricultura, con particular referencia a la concentración parcelaria y a las provincias de Zamora y Salamanca. Se impone un balance desolador, marcado por la dominancia absoluta del criterio lucrativo por encima de consideraciones sociales, ambientales o sanitarias. Las esperanzas del medio dependen de una voluntad colectiva que parece todavía lejana.
Pascual Riesco Chueca
Universidad de Sevilla
La evolución reciente de los paisajes ligados a la pequeña hidrografía está sometida al arbitrio de
reformistas agronómicos que impulsan actuaciones como la concentración parcelaria, la llamada limpieza
de riberas, la canalización y derivación de arroyos. La magnitud de tales intervenciones aboca a un borrado de las formas del relieve, de los signos de paisaje sobre los que se ancla la toponimia y la memoria local. En su lugar emerge una tabla rasa destinada al lucro, de la que se han evaporado las trazas culturales del territorio. En esta nota se trata de la pérdida de los paisajes acuáticos del secano, la pequeña hidrografía de vallejos, cadozos, regatos y prados, bajo la acción de la nueva agricultura, con particular referencia a la concentración parcelaria y a las provincias de Zamora y Salamanca. Se impone un balance desolador, marcado por la dominancia absoluta del criterio lucrativo por encima de consideraciones sociales, ambientales o sanitarias. Las esperanzas del medio dependen de una voluntad colectiva que parece todavía lejana.
Siguiendo esta estela, es muy interesante también:
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